ÁNGELES, una lectora del blog, me ha dejado un comentario donde opina que hay piezas de los electrodomésticos que son iguales en aparatos de distinta marca, como el motor, y que siendo así, no puede haber diferencias de calidad entre marcas distintas…
Concretamente sobre este asunto dice “...Ya nadie fabrica todos sus componentes; pueden dar instrucciones y exigir calidades dependiendo del precio o el prestigio que pretenda tener cada una de las marcas; pero, cuando no fabricas el motor que pones en tu lavadora y el fabricante de motores acapara gran parte del mercado a veces no puedes dar la calidad que pretendes...” . Podéis leer el comentario total en el en este enlace.
ÁNGELES acierta en varios puntos concretos, pero yerra en otros. Tiene razón en que hoy en día la inmensa mayoría de las piezas de los electrodomésticos no los fabrica la marca, sino el especialista en cada caso.
Dices que si el motor de una lavadora no lo hace la marca, no es un buen síntoma. Desde siempre los motores nunca los ha fabricado cada marca, sino que lo han sido por las fábricas especializadas en ellos. Siempre ha habido fábricas especializadas en los motores, que los hacen mejores y a mejor precio que podría hacerlos cualquier fabricante de electrodomésticos. Lo mismo sucede con la piezas vitales de los aparatos, como el compresor en los frigoríficos y en el aire acondicionado, antiguamente los programadores y hoy en día los circuitos o placas electrónicas, etc. etc
Sin embargo actualmente, y desde hace un par de décadas, las piezas y componentes de los aparatos, en nuestro caso de los electrodomésticos, están sometidas todas y cada una de ellas a una serie de requisitos impuestos por rígidas normativas europeas de calidad. Y si esas piezas se han constriido fuera de Europa, tienen que ser aceptadas y contrastadas por las normativas europeas para poder importarse y colocarse en aparatos fabricados aquí. Por eso cada componente debe llevar el sello de calidad UE grabado en la pieza.
Sucede lo mismo con los aparatos importados: deben reunir todos los requisitos de las normativas europeas de calidad y seguridad, pues sin haber pasado esos controles, no se pueden vender en Europa.
Lo que sí sucede es que los fabricantes de electrodomésticos son los que seleccionan el proveedor que les da más confianza para construir cada pieza, y éstos tienen que seguir sus especificaciones. También el fabricante elige el proveedor de cada pieza en función del precio del componente y de sus estándares de calidad. Pues hay abundancia de fabricantes de componentes en el mercado mundial, absolutamente globalizado.
Dependiendo de las exigencias de calidad de cada fabricante, puede ser más estricto en sus normativas, lo que puede afectar al precio del componente. Lo mismo en los motores, compresores, válvulas, resistencias, etc. etc.
En realidad el fabricante hace el proyecto, diseño, montaje, control de calidad y venta del aparato, aportando sus propios componentes, que se refieren a piezas estéticas y funcionales tipo muebles, puertas, bombos, cubas, carcasas, etc., normalmente piezas de estampación metálicas.
El conjunto del diseño, proyecto, selección de componentes, montaje y verificación es lo que hace que las marcas ofrezcan más o menos calidad en los productos. Pero ninguna marca, NUNCA, ha construido todos los componentes de los aparatos. Igual sucede con los coches, donde nadie construye los componentes que pueden hacerse a mejor precio y calidad en fábricas especializadas. Y así con todos los aparatos tecnológicos.
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