Un lector del blog dejó un comentario hace unos días en este artículo . Se preguntaba, con muy buen acierto, que si los LEDs son tan eficientes porque el 90 % del consumo lo convierten en luz y solo el 10 % se pierde en calor, ¿Cómo es que las bombillas LED llevan unas aparatosas aletas para disipar el calor? Como no conozco el tema en profundidad no tenía respuesta para esta aparente contradicción, por lo que pedí a mis amigos de ILUMINACION DE LED, expertos fabricantes y comercializadores de estos aparatos, la posibilidad de que prepararan un artículo sobre el tema.
No se hicieron esperar, pues rápidamente publicaron en su blog un excelente artículo donde se parte del funcionamiento de las bombillas de incandescencia para explicar acto seguido los fundamentos del LED y el motivo de esas aletas de refrigeración que ni el lector “preguntón” ni yo sabíamos aclarar. Os aconsejo la lectura TOTAL de dicho artículo, pues lo entenderéis perfectamente por sus didácticas y clara explicaciones.
ra los “perezosos” voy a intentar resumir los puntos más destacados del artículo, transcribiéndolos.
“...los materiales que se eligen para los LED, son los que más optimizan la emisión de luz, el calentamiento se produce por el mismo efecto joule, con la diferencia de que esta vez es el calor el subproducto de la circulación de ctrones por el material, y el producto principal es la luz.
Tal temperatura es crítica en un minúsculo espacio llamado punto de unión (Tj), que en el peor de los casos puede llegar a ser de 200°C. Ese punto, que tiene un volumen inferior a la décima parte de un milímetro cuadrado, necesita urgentemente disipar la temperatura que se genera en su interior, y para ello, utiliza ciertos metales dentro del mismo encapsulado, algún vector que contacta con el disipador, y desde luego, el aire circundante (Ta) que es el que alivia la temperatura del disipador mediante el intercambio térmico.
Cuanto más frio esté el LED, más eficiente será, y su vida útil será más dilatada, por lo que uno de los mayores esfuerzos a la hora de diseñar una luminaria LED es hacer que la temperatura del núcleo de unión sea lo más cercana posible a la temperatura ambiente: Rth(Tj-Ta) entre más bajo sea el coeficiente que resulta de la ecuación anterior, mejor será la comunicación entre el núcleo de unión y el aire circundante más frio, y eso se consigue con materiales con buenas propiedades de conducción térmica, como el aluminio.
La razón de esa forma de aletas, es de optimización, ya que ese intrincado diseño permite que mayor cantidad de aire entre en contacto con el metal en el menor espacio posible, lo que acelera el intercambio térmico que en última instancia baja la temperatura del LED. Mientras la tecnología de materiales mejora, podemos trabajar cada vez con menores corrientes, lo que se traduce en mayor eficiencia, más vida útil, y la posibilidad de trabajar con disipadores más pequeños.”
O sea que toda la parafernalia de los disipadores es para refrigerar un solo punto (el llamado punto de unión) que es la décima parte de un milímetro cuadrado. Con razón es el más eficiente de los aparatos de iluminación, ya que esa “elevada” temperatura llega a 200 ºC pero en un solo punto, de una superficie como la marca del punto de un bolígrafo sobre el papel. Pero como dice, hay que refrigerar ese punto rápidamente puesto que eso hará que el LED sea más eficiente y tenga una vida útil más larga.
No me queda sino agradecer a ILUMINACIÓN DE LED la deferencia de elaborar ese artículo tan didáctico y que (igual que los disipadores del LED), “disipan” todas nuestras dudas por los alerones. que solo están para refrigerar rápidamente un solo punto.
Aprovecho para recomendaros la lectura de otro artículo de ILUMINACIÓN DE LED: El relativo a las pruebas de laboratorio que hicieron sobre un Ahorrador Energético de esos que se anuncian repetidamente en las emisoras de radio, donde dicen que ahorran electricidad conectándolos a un enchufe y que a tanta gente han engañado y siguen engañando. Leed, leed…
También os recomiendo la lectura de sus artículos sobre la "obsolescencia programada" del embaucador Benito Muros el de las bombillas eternas...
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Habrá leído el egregio "Don Benito" este artículo ... ;-)
ResponderEliminarLo espero con verdadera impaciencia ... Lo mismo el "ilustre" ha descubierto un nuevo gas refrigerante por el que le darán el Nobel de aquí a nada. Seguro que lo llamará "Jargón" o algo parecido ... No somos nadie Don Antonio, no somos nadie ... como el TUNGESTO :-)
ResponderEliminarSaludos muy cordiales.
Buenos día, MARA,
ResponderEliminarInteresante comentario, pues lo de las pastillas de Calgón es un tema que merece la pena divulgarlo en un nuevo artículo. Lo haré en breve, pero tengo varios en espera.
Tengo mucha suerte de tener lectoras (y lectores) interesados en estos temas que me alertáis de lo bueno –y malo- que se dice por ahí de la misma cosa. Espero satisfacer toda tu curiosidad y la de los interesados en el tema, que realmente da para bastante.
Hasta pronto, recibe mis más cordiales saludos
Antonio Sánchez
Yo soy el lector "preguntón". Muchas gracias por tus molestias y tu artículo. Excelente, como siempre. Un abrazo.
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