jueves, 31 de enero de 2013

Ahorrar en el termo eléctrico: ¿Siempre conectado o solo a unas horas?


Varios lectores me han ido dejando en “comentarios” al blog la polémica pregunta: Para ahorrar en los termos eléctricos, ¿Hay que tenerlos siempre conectados/consumiendo? ¿Es mejor conectarlos solo a determinadas horas, por ejemplo, con un programador?. Interesantes preguntas y además muy discutidas. Hay para todos los gustos con sus correspondientes argumentos. Unos dicen que consumen igual estando siempre conectados, otros que consumen menos si lo están siempre, y otros que consumen más si lo están siempre, recomendando en ese caso que se programen las horas de funcionamiento para ahorrar. Vamos a ir razonando los casos y averiguando cuál es el mejor sistema para ahorrar enérgica y coste. 


Comenzaré explicando muy por encima en qué consiste un termo eléctrico para Agua Caliente Sanitaria (ACS). Se trata de un calderín o recipiente que sirve para contener el agua. En su parte inferior tiene una resistencia eléctrica que será la que, mediante el consumo de electricidad, convertirá la energía eléctrica en calor. El objetivo es calentar el agua desde la temperatura de entrada de la red hasta la programada por el usuario, y luego su mantenimiento y recuperación después de cada consumo de agua caliente, 

Como la temperatura del agua debe estar suficientemente caliente (a unos 75 ºC) para mezclarla a la salida, en la ducha o baño, con agua fría para obtener la temperatura media deseada, tendremos que tener en cuenta que a elevadas temperaturas del agua se producen pérdidas o fugas de calor, pues si en el interior del termo está, por ejemplo, a 75 ºC y en el exterior a 20 ºC, la pérdida de calor sería muy elevada. Por esa razón se emplea un aislante sobre el calderín, entre la parte exterior de éste y la carcasa exterior del termo. 

El aislamiento del termo es el elemento fundamental del aparato a efectos de consumo eléctrico, pues cuanto mejor sea dicho aislamiento, menos pérdidas de calor habrá y mayor ahorro en costes de electricidad. Actualmente el aislante normal es la espuma de poliuretano expandido de alta densidad. Parecido al aislante de los frigoríficos, del mismo material, inyectado a presión entre el mueble exterior y el armario interior. Si importante es el aislante en un frigorífico para evitar pérdidas de frío, y aumentar su eficiencia energética, también lo es en el termo, como hemos dicho, ya que determina las pérdidas, o lo que es lo mismo, su “eficiencia energética” si bien este término no es adecuado para el termo, ya que hace referencia a menores consumos de energía en frigoríficos y otros aparatos, no solo por el aislamiento, sino también por otras razones. En cambio en los termos solo se refiere al aislamiento, pues el consumo de la resistencia eléctrica siempre dará, a igualdad de potencia, la misma cantidad de calor, como ya sabemos que ocurre en los casos de la calefacción eléctrica por resistencia. 

Aclarado pues que lo más importante, hablando de ahorro, es un buen aislamiento del termo. Pero claro, eso es imposible de saberlo, ya que nadie de nosotros va a romper la carcasa del termo para ver el material, su espesor y su poder aislante. Y aquí no valen suposiciones o apreciaciones: hemos de buscar el valor real, que lo hay y es muy fácil de obtener. 

El valor real de la efectividad del termo en función de su aislante se determina por la comparación con otros de su valor de CONSUMO ELÉCTRICO SIN CONSUMIR AGUA CALIENTE EN 24 HORAS. Vamos a analizar eso que he dicho tan rápidamente. Para calentar el agua de un termo hemos de partir de la temperatura inicial, por ejemplo, los 15 ºC del agua de entrada de la red, y fijar la temperatura para el agua caliente, pongamos, 75 ºC. Además hemos de saber la potencia del calefactor (resistencia eléctrica) y su capacidad en litros de agua. He puesto estos datos porque son los que nos decidirán a elegir el tipo de termo cuando lo comparemos o saber estos datos, si ya lo tenemos en casa. ,

Estos datos los voy a tomar del fabricante de termos, ARISTON, Capacidad, 95 litros; potencia 1.400 W; tiempo de calentamiento a 75 ºC, 3,56 horas; pérdidas de calor en 24 horas (sin consumo de agua), 1,39 KWh. El valor de esos datos prácticos nos va a permitir después llegar a conclusiones. 

El dato significativo en nuestro caso es las pérdidas de calor cuando alcanza la temperatura de trabajo. Estas pérdidas, según el fabricante, son 1,39 KWh en 24 horas, sin consumir agua del termo. Eso significaría que cuando baje la temperatura del agua 1 ºC, por ejemplo, por las pérdidas, se pondrá en funcionamiento el calefactor para que vuelva a subir la temperatura a la de régimen. Eso se irá repitiendo periódicamente, manteniendo esa temperatura, durante las 24 horas sin consumo de agua. Recordemos también, que para llegar a la tempera uta de régimen del termo se necesitan 3,56 horas de funcionamiento del calefactor, partiendo de los 15 ºC hasta los 75 ºC previstos. 

Veamos ahora la realidad del funcionamiento del termo todos los días. Vamos a suponer, para este estudio, que solo se gasta agua caliente por las mañanas, al ducharse/bañarse la familia. Si el agua estaba a su temperatura de régimen, y consumimos un 70 % de la capacidad del termo, habrá que calentar el agua entrada de la sustitución (tanta sale, tanta entra), que será fría, a 15 ºC. Para elevarla a 75 ºC, si antes la totalidad de la capacidad costaba 3,56 horas (3 h 33 m.) al tener que calentar solo el 70 % consumido, tardará 2,49 horas (casi dos horas y media), y consumirá el 70 % de lo indicado por el fabricante para la carga total. Veamos los datos: dice el fabricante que en 3,56 horas , con un calefactor de 1.400 W, calienta los 95 litros de agua desde 15 ºC a 75 ºC, quiere decir que consumirá 1,4 KW x 3,56 horas = 4,98 KWh. Pero hemos dicho que normalmente solo se deberá calentar el 70 % diario, que es el consumo de ACS cada día.. 

Llegamos a la conclusión que de esta manera, cada día, al consumirse el 70 % del contenido del termo, gastaremos el 70 % de 4,98, o sea, 3,48 KWh. Eso cuesta 3,48 x 0,19 € por KWh = 0,66 €. 

Ahora veamos qué podemos hacer con el termo: mantenerlo siempre a tope de calor o calentar solo antes de usarlo. 

-Mantenerlo siempre a tope de temperatura (75 ºC). Como hemos dicho, después del uso, debe calentar de nuevo el agua repuesta y eso consumirá 3,48 KWh. También sabemos, por los datos del fabricante, que una vez calentada el agua después del uso, mantenerla siempre a tope de temperatura consume en 24 horas 1,39 KWh

- Calentar el agua de reposición de la gastada un tiempo antes de volver a necesitar agua caliente. En ese caso, se trataría de que una vez consumido ese 70 % de agua caliente, al entrar la fría, se dejara sin calentar y se pone en marcha la resistencia para calentar 4 horas antes de que vuelva a ser utilizada. Eso significaría que prácticamente toda la energía de “mantener” la temperatura a tope, que hemos dicho era de 1,39 KWh en 24 horas, se AHORRA. Puede decirse que una vez disminuida la temperatura por la mezcla del agua caliente que quedaba en el termo después de su uso, combinada con la fría de entrada en sustitución, también tiene una temperatura y daría pérdidas. Pero recordemos que cuando hay más pérdidas es cuando el agua está muy caliente, bajando la cifra de pérdidas de calor conforme va bajando la temperatura, por lo que podemos decir que las pérdidas del agua a unos 33 ºC de la mezcla al ambiente a 20 ºC es insignificante. 

Conclusiones: 


a) Si solo usamos el termo durante las duchas/baños en el mismo momento, concentradas, ahorraremos 1,39 KWh cada día por no mantenerla siempre a tope de temperatura. 

b) Si vamos consumiendo agua durante todo el día, a ratos, debemos mantener el termo conectado siempre, para que se disponga en todo momento del agua caliente necesaria. 

C) Las pérdidas en 24 horas son, como se ha dicho, de 1,39 KWh al día. Al mes serían 1,39 x 30 = 41,7 KWh. Su coste sería, en números redondos, de 8 € al mes, O seá 96 € al año. Este es el máximo ahorro obtenible. 

Visto lo cual, cada uno deberá decidir qué le interesa hacer en su caso particular. 

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viernes, 25 de enero de 2013

Los electrodomésticos “inteligentes”: Una aplicación matemática de la "Lógica Difusa” (Fuzzy control o Fuzzy Logic)








A mis lectores les va a resultar extraño relacionar las matemáticas con los electrodomésticos INTELIGENTES, que pueden tomar decisiones hasta hace poco reservadas únicamente a los humanos. Se trata de una aplicación matemática llamada LÓGICA DIFUSA (en inglés FUZZY CONTROL) llamada también por algunos ”Lógica BORROSA. Efectivamente cada día se incorpora más esa técnica matemática para facilitar el trabajo a los electrodomésticos, que deciden qué programa tomar, qué cantidad de agua ha de entrar, cómo controlar la humedad en el secado de la ropa, etc. Estas mismas matemáticas se aplican a infinidad de máquinas como los trenes sin conductor, los sistemas de aire acondicionado, los televisores, cámaras de video, sistemas de tráfico, ahorro energético, de combustible, mayor eficiencia energética, medicina, software para ordenadores, traducciones automáticas, etc etc. 


Podemos decir que son cientos de miles los aparatos que han incorporado la Lógica Difusa” para mejorar, simplificar y automatizar su funcionamiento. La idea del sistema es que los aparatos o máquinas puedan tomar decisiones partiendo de condicionantes preestablecidos. Es muy fácil, ya lo veréis enseguida y lo que es más importante: lo vais a entender perfectamente sin ninguna dificultad. Pero antes de seguir, permitidme, amigos lectores, que os cuente cómo se me ha ocurrido hacer este artículo, de un tema tan interesante y actual, y que hasta hace podo, sabiendo de su existencia, importancia y también su simplicidad, no se me había ocurrido. 

El origen de este artículo deviene de una información periodística del pasado 15 de este mes de Enero, publicada en el periódico EL MUNDO Decía ese artículo que “La Fundación BBVA otorga a Lofti Zadeh, el padre de los electrodomésticos inteligentes, el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación”. 

Venía luego una reseña del ingeniero ZADEH, nacido en Azerbaiyán, de padre iraní, que cursó ingeniería en la Universidad de Teherán y después, en 1.942, marchó a Estados Unidos donde se doctoró en varios máster y desarrolló parte de sus trabajos y también en Japón, donde logró su primera gran obra: el tren automático de de Sendai. Sin conductor, en servicio desde hace años, y que se ha ido multiplicando por el mundo. En España se construyó el primero (que yo sepa) que fue el metro que va del aeropuerto de Barajas (T4) al metro de Madrid. 

Hasta que a ZADEH se le ocurrió la idea y desarrolló las aplicaciones matemáticas, las máquinas y su funcionamiento eran simples elementos electromecánicos que no podían tomar ninguna decisión. Siempre era el factor humano quien decidía en todos los casos. Pero vamos a ejemplos, porque lo entenderéis mejor. 

Pongamos un sistema de calefacción, por ejemplo, un aire acondicionado. Nosotros podemos programarlo para que a 18 ºC de temperatura, se ponga en marcha, y se desconecte cuando llegue a 21 ºC. Y el apartado seguirá fielmente esa programación. Como igualmente podemos poner una temperatura del agua de la lavadora y seleccionar que lave a 40 ºC. Si el agua que entra está a más baja temperatura, se conectará el calefactor y se desconectará cuando el termostato le indique que ya se ha alcanzado la temperatura de 40 ºC. . En las secadoras podemos poner la ropa en el tambor y poner que seque durante dos horas, por ejemplo. Y también los lavavajillas, etc. Los PROGRAMAMOS, igual que el aire acondicionado. Y los aparatos siguen exactamente lo programado sin desviarse un ápice. 

Pero eso es insuficiente, y así lo vio el ingeniero ZADEH. Supongamos que nos vamos de casa en una mañana de invierno y le decimos al niño de 8 años: si tienes frío, pon un radiador del salón Y si tienes mucho frío, pones los dos. Fijaros que no hemos concretado la cantidad del FRÍO ni del MUCHO FRÍO. Le hemos dado al niño instrucciones LÓGICAS, pero no de forma CLARA, CONCRETA, pues no le hemos dicho, como podemos hacer con la máquina: "si la temperatura baja de 18 ºC, ponte en marcha, y para cuando llegues a 21 ºC". Al niño, sin embargo, le damos unas instrucciones LÓGICAS pero NO concretas, sino “DIFUSAS" Porque no le concretamos cómo, Y Es ÉL quien toma la decisión de poner uno o dos aparatos (uno si hace frío o dos si hace mucho frío). Esto que hace un niño de 8 años, NO LO PUEDEN LACER LAS MÁQUINAS. Mejor dicho, NO LO PODÍAN HACER. El ingeniero ZADEH, especializado y experto matemático creyó que a las máquinas les faltaba algo. Que se podía mejorar su funcionamiento… 

Entonces pensó que las decisiones que se debían tomar en cada caso estaban condicionadas. Por ejemplo: le decimos al niño: SI tenis frío, CONECTA un aparato de calefacción, y SI tienes mucho frío, CONECTA los dos aparatos. No hemos  concretado TEMPERATURAS. Hemos planteado una toma de decisiones del niño en función de si tiene frío o mucho frío. Tomará pues una decisión LÓGICA pero “DIFUSA” porque no le concretamos nada exacto (Temperaturas)

¿Cómo funciona eso de la Lógica Difusa? Pues fiel a mi máxima de que lo que escribo QUIERO que lo entienda la gran mayoría de mis lectores, resulta quien esta misma frase podría servir como ejemplo de la Lógica Difusa. Me he planteado: 

-SI quiero que lo entienda la mayoría de mis lectores TENGO QUE explicarlo fácil 
- SI quiero que lo entiendan casi todos los lectores TENGO QUE explicarlo muy fácil. 

Habéis visto que ante una situación lógica (que lo entiendan la mayoría de lectores y que lo entiendan casi todos, no concreto cuántos son los lectores ni cuánto de fácil debo explicarlo. Eso es Lógica Difusa. 

Pues ahora vamos a suponer que en una máquina, una lavadora, por ejemplo, habitualmente tenía un programa normal y otro de media carga. Seleccionamos el que queremos y automáticamente entrará la cantidad de agua prevista. Que normalmente será la mitad de la cantidad de agua en el programa de media carga. Y la máquina, así lo hace... Pero fijaros que entra la totalidad o la mitad. Ni más ni menos. Es lógica exacta. 

Pero vamos a avanzar. Supongamos que a la lavadora en cuestión le hemos implantado un sistema de control electrónico, donde hemos transformado unas instrucciones de entrada que, una vez "cocinadas" por el sistema, originen otras de salida. Veamos cuales 

- SI pongo poca ropa, TIENES QUE meter menos agua, según el peso. 
- SI entras poca agua TIENES QUE coger menos detergente del dosificador. 
- SI entras poca agua TIENES QUE coger menos suavizante del dosificador. 

Estas son las instrucciones (transformadas en valores numéricos en cada caso, tanto de pregunta como de posibles respuestas) que le damos a la máquina. En este caso hemos supuesto que la lavadora tiene un depósito dosificador automático de detergente y otro de suavizante. Si le ponemos ese sistema de control electrónico que por una parte (entrada) reciba los condicionantes (SI pasa esto, toma la decisión de hacer esto otro) Esas respuestas son valores matemáticos que deben introducirse en el sistema electrónico de control. De esa forma, ponemos una cantidad de ropa (la que sea, la lavadora detecta el peso de la misma, hace entrar la cantidad de agua que necesita en ese caso y dosifica el detergente necesario y luego hace lo mismo con el suavizante. Esta es una aplicación de la Lógica Difusa. 

Vamos a la secadora. Decíamos antes que secar la ropa depende de la humedad residual que queramos que quede en la ropa  y de la cantidad de la ropa, programando así que esté los minutos de funcionando que nos parezca. Luego al final, como nunca se acierta de manera exacta, habrá que ponerla más tiempo si está muy húmeda todavía y  por el contrario, costará más de planchar si ha quedado muy seca. Pero para eso ya hay solución: la Lógica Difusa. Veamos las preguntas que tenemos que meter en el sistema y las actuaciones del mismo. Nos hacemos siempre las mismas preguntas: 

-SI queremos la ropa para guardar (muy ceca) TIENES QUE no detectar humedad en la ropa 
-SI queremos que la ropa queda para planchar TIENES QUE dejar poca humedad en la ropa. 

Estas instrucciones dadas por el sistema de control, que detectará mediante unos sensores la humedad de la ropa en cada momento, independientemente de la cantidad de ropa, decidirá cuándo debe finalizar el secado. 

Vayamos a un aire acondicionado moderno. Podemos darle instrucciones al sistema con las siguientes cuestiones 

-SI sube la temperatura por encima de 25 ºC, TIENES QUE poner en marcha la refrigeración 
-SI la humedad del aire es muy alta TIENES QUE poner en marcha el aparato para rebajarla 
-SI se alcanza la temperatura prevista TIENES QUE conectar el sistema Inverter para mantenerla ahorrando energía 

Esto es lo que hacen lolas aires acondicionados (bombas de calor) en la actualidad, aplicando la Lógica Difusa

Podríamos seguir dando ejemplos, pero voy a decir alguno que no se aplique a los electrodomésticos y como ese, todos. Vamos en el coche. Vemos una señal de limitación de velocidad y decidimos bajar la velocidad. Vemos una curva y bajamos más la velocidad. ¿Cómo funcionaría el coche automático inteligente, del que ya se están haciendo pruebas sin conductor? Veamos las preguntas a introducir en el sistema 

-SI viene una limitación de velocidad TIENES QUE disminuir la velocidad
-SI viene una curva TIENES QUE bajar más la velocidad 
-SI detectas un obstáculo en la carretera TIENES QUE frenar... 
-SI la carretera es estrecha TIENES QUE cuidar la distancia hacia los vehículos de dirección contraria, etc. etc., 

Como vemos, con estas matemáticas y la toma de decisiones “Inconcretas” (difusas) un aparato puede tomar decisiones que hace pocos años estaban reservadas únicamente a las personas. 

He de añadir que este matemático y científico es además un ejemplo de altruismo. Su invento no lo patentó. Lo dejó libre para qiue otros lo siguieran y fueran buscando aplicaciones gratuitamente. Debido a eso, en lugar de unas cuantas patentes derivadas del genial invento de ZADEH, se han producido en pocos años más de 50.000 patentes  (inventos) derivados de la Lógica Difusa. 

Espero, amigos lectores, que haya resultado interesante este artículo. Es bueno saber cómo los aparatos y las máquinas que nos rodean, desde la más pequeña hasta la más grande, son “algo” inteligentes debido a la inteligencia, al trabajo y al altruismo del Ingeniero y matemático LOFTI ZADEH, 

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martes, 22 de enero de 2013

Humedad relativa del aire: su importancia en calefacción y refrigeración (I)




PABLO, un lector del blog, me dejó un comentario en mi artículo  sobre los emisores térmicos. En dicho comentario preguntaba  sobre “…la calidad del calor generado por el calefactor: una resistencias al aire seca el aire que calienta mientras que un radiador de aceite genera un valor más confortable porque entre otras cosas, no seca ese mismo aire…” Tema este muy interesante: la influencia de la humedad relativa del aire en la calefacción y refrigeración y sus efectos sobre las sensaciones de frío y calor. Vamos a verlo.



Comenzaremos por definir qué es la humedad del aire. La evaporación del agua de los mares, ríos, lagos, etc, produce VAPOR DE AGUA. Ese vapor va al aire ambiente, cargándolo de humedad. Hay dos maneras de valorar cuánta humedad hay en el aire: la HUMEDAD ABSOLUTA y la HUMEDAD RELATIVA

La humedad absoluta es la cantidad de gramos de agua que contiene un metro cabido de aire. Pero también sabemos que cuanto más caliente esté el aire, más cantidad de humedad podrá absorber, por lo que habitualmente no medimos la humedad absoluta del aire, ya que varía con la temperatura, sino que valoramos la HUMEDAD RELATIVA. 

Cuando hablamos de HUMEDAD RELATIVA del aire la valoramos no en la cantidad de agua que contiene (sería la humedad absoluta) sino que la referimos al máximo de humedad que puede contener ese aire. O sea, la humedad relativa se expresa en tanto por ciento, que nos dice la RELACIÓN entre la HUMEDAD que tiene el aire y la máxima humedad que ese aire podría LLEGAR A TENER, QUE SERÍA EL 100 %

Por lo tanto, cuando decimos que la humedad relativa del aire, para ser confortable, debe estar entre el 40 % y el 60 %, estamos fijando unos límites de confort. Por debajo del 40 % el aire es muy seco, por lo que cuesta más respirar, reseca garganta y nariz, y puede ser problemático para los niños pequeños. En este caso puede solucionarse con un aparato llamado HUMIDIFICADOR. Lo que antiguamente se hacía es poner un plato de agua en las habitaciones de los niños recién nacidos para que se fuera evaporando y rebajara la sequedad del ambiente aportando humedad. 

Si por el contrario, la humedad supera el 60 %, tendremos sensación de agobio, pues, entre otras cosas, impide la correcta transpiración de la piel, por lo que en verano sudaremos con más abundancia SIN QUE SE EVAPORE EL SUDOR. Vamos a ampliar un poco más este punto, ya que es fundamental para entender la refrigeración en verano. 

El cuerpo humano debe mantener la temperatura alrededor de 37 ºC. Para ello, especialmente en momentos calurosos, suda. El sudor es una refrigeración necesaria para mantener correctamente la temperatura del cuerpo, ya que se EVAPORA en forma de vapor de agua al ambiente. Pero sabemos que para pasar un cuerpo del estado líquido (agua) al gaseoso (vapor de agua) se requiere una gran cantidad de calor. ¿De dónde saca el calor el sudor para evaporarse? Pues de nuestra piel. Por ello la refresca cuando se comienza a sudar. Pero al comenzar a evaporarse, alrededor del la piel tenemos ese vapor de agua que se evaporó, por lo que en esa zona el aire estará saturado de humedad: ya no puede absorber más humedad. Entonces como seguimos sudando, vemos que el sudor no se evapora. Pero tenemos una solución: quitar ese aire de alrededor de la piel, que está saturado de humedad y sustituirlo por otro menos húmedo, del ambiente. ¿Cómo? Pues soplando, con un abanico, con un ventilador, poniéndonos en una corriente de aire…De cualquiera de esas maneras lo que hacemos es RENOVAR el aire SATURADO próximo a nuestra piel, por otro menos saturado que aportamos creando esa corriente de aire

Aunque no viene al caso, aclararé, para los curiosos, que si la temperatura del cuerpo baja de 37 ºC, la reacción automática de defensa para calentarlo es ponerse a tiritar, de esa forma se obliga al cuero  a hacer ejercicio con los "tiritones". Y ese ejercicio, produce calor.  

Otro punto a tener en cuenta: el aire saturado de humedad, en contacto con un material frío, la humedad condensa, convirtiéndose en gotas de agua. Los que usamos gafas conocemos bien ese fenómeno: vamos por la calle con mucho frío, y al entrar en casa, los cristales de las gafas se “entelan” de gotitas pequeñísimas de agua. El vapor del aire caliente de la habitación se deposita en los cristales FRÍOS de las gafas. Por eso se entelan. 

Todos hemos visto rocío en los campos en las frías mañanas de invierno. Es el mismo fenómeno: el aire se ha saturado de humedad, llegando al 100 % de la humedad relativa. Ya no admite más agua. Entonces se ha alcanzado el llamado “punto de rocío", o sea cuando el aire está saturado de humedad, que ya no puede admitir más, entonces se condensa sobre superficies frías, como el suelo, las hojas de las plantas, la hierba, etc. Si además se produce en temperaturas bajo cero, ese rocío se hiela, convirtiéndose en escarcha

Fijaros que no siempre en invierno se produce el rocío. Depende de la temperatura: cuanto más fría es la temperatura del aire, más desciende el valor de la saturación de la humedad relativa. Como hemos dicho antes, la cantidad de vapor que admite el aire es mayor cuanto mayor sea la temperatura. Por lo tanto, cuando hace frío, condensará antes que cuando la temperatura ambiente sea superior, pues admitirá más cantidad de vapor y no se saturará tan pronto. 

Dicho todo esto, veamos las aplicaciones de estos fenómenos en la calefacción y el aire acondicionado. 

Veamos que sucede en una habitación donde tenemos el aire con una humedad relativa de 50 %, por ejemplo. Si calentamos la habitación, el aire admitirá más humedad, por lo que la humedad relativa descenderá, por ejemplo, al 40 %. En este caso, el calor RESECA el ambiente. Esto es lo que producen la mayoría de las calefacciones, por ejemplo, por radiadores eléctricos, sean al aire, secos, o como queramos, la cantidad de calor que envían al ambiente es siempre el mismo a igualdad de potencia eléctrica. Por eso TODA la calefacción eléctrica por resistencia (estufas, convectores, radiadores (secos o de aceite), etc, calientan el ambiente resecándolo. O sea, rebajando la humedad relativa del aire. También sucede lo mismo con la calefacción por caldera de gas y radiadores de agua, pues las calderas, aunque estén en el interior de la casa, ya son todas del tipo estanco, lo que significa que toman el aire necesario para la combustión del gas a través de una chimenea que va al exterior y qué es de doble tubo: uno para succionar el aire necesario  para la combustión y por el otro tubo expulsar los humos y el vapor de agua generado en la combustión del gas. Por eso la caldera no influye para nada en la humedad relativa de la habitación. Pero sí los radiadores de agua caliente que calientan el ambiente, con lo que se baja la humedad relativa del aire igual que antes hemos visto con la calefacción eléctrica. 

Sin embargo, las estufas de butano, en la combustión del gas se generan anhídrido carbónico (CO2) y vapor de agua (H2O) por lo que calienta la habitación, pero aumenta también la humedad relativa del aire con el vapor de agua generado. Por eso es necesario ir ventilando la casa una vez al día durante unos minutos, para renovar el aire por otro menos húmedo y también para que el nuevo aire este ´saturado de oxigeno. Igual sucede con las estufas de parafina y de propano.. Todas aumentan la humedad relativa del aire. 

Para rebajar esa humedad relativa del aire a unos valores confortables, se usan los DESHUMIDIFICADORES. 

Nos queda otro tipo de calefacción: la bomba de calor. En estos aparatos de aire acondicionado, en invierno calientan el aire del interior, con lo que se rebaja la humedad relativa como en el caso de las demás calefacciones. Pero en verano, en la refrigeración, la parte interior del aparato, el condensador, que está en la habitación, está frío para refrigerar el ambiente. Por eso, al estar frío, sobre él se condensa el vapor de agua del ambiente, rebajando la humedad relativa del aire de la habitación. Esa humedad condensada, ya en forma de agua, se envía al exterior de la casa mediante una tubería de desagüe de la instalación del aparato. 

Vemos pues que en los dos casos, de calefacción y de refrigeración, el la bomba de calor, REBAJA la humedad relativa a un 50 % aproximadamente, lo que la deja entre los límites confortables del 40 al 60 %. 

Una consecuencia de la rebaja de la humedad relativa en verano por la bomba de calor es que al rebajar la humedad, el sudor del cuero humano se puede evaporar mejor, al rebajar su saturación, por lo que podemos decir que con 25 ºC de temperatura en verano, la bomba de calor nos da un confort equivalente a menos grados ya que además de aire fresco, nos permite mayor evaporación del sudor (más refrigeración “humana” del cuerpo), por lo que la sensación de temperatura es mejor. 

Termino repitiendo que la sequedad del ambiente por la calefacción eléctrica es por el aumento de la temperatura que se produce, en el ambiente y que es independiente del sistema empelado (radiador seco, de aceite, o de... baba de caracol). Todos igual. 

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miércoles, 16 de enero de 2013

El ¿mayor? rendimiento de los Emisores Térmicos


Un lector ANÓNIMO dejó un comentario en mi artículo explicando sus dudas sobre el rendimiento de los emisores térmicos y en concreto me decía que “…pensaba poner un par de emisores cerámicos (el de LEROY MERLIN) que dice que de cada 60 minutos se paga solo 10 minutos…” Esta consulta me lleva, una vez más, a explicar la falsedad que encierra esa afirmación (de cada 60 m se pagan solo 10 m.). Como esa falsedad y su explicación son válidas para cualquier tipo de calefacción eléctrica por resistencia, vamos a tomar el nombre genérico de emisor térmico (algo que emite calor) como aplicable a cualquier tipo de calefacción: convectores, radiadores, emisores térmicos, estufas de leña, radiadores de agua etc, 



Veamos primero la definición del rendimiento en un aparato térmico. Al rendimiento le llamaremos R, a la energía de entrada al aparato le llamaremos Ee y a la energía de salida le llamaremos Es. La fórmula física sería R = Ee / Es. Por lo tanto el rendimiento de un aparato es igual a la energía suministrada o de entrada, dividida por la energía de salida. Lo que sucede es que en la de entrada y la de salida fueran iguales, el rendimiento de la máquina resultaría 1, por lo que se aprovecharía el 100 % de la energía. Lo que sucede normalmente en los aparatos de calefacción es que se producen fugas o pérdidas. Por ejemplo, en una chimenea u hogar el rendimiento es muy bajo ya  que  el 70’ % del calor que genera la combustión de la leña se va por la chimenea, en unión de los humos. Su rendimiento es pues del 30 %. Pero si pasamos a una estufa de leña cerrada, donde solo se escapan al exterior los humos calientes, el rendimiento puede llegar hasta el 75 %. 

En una caldera de calefacción a gas el rendimiento puede llegar hasta el 70/80 %, pues las pérdidas de calor se van por la chimenea al exterior, perdiéndose con los humos calientes de la combustión, que van al exterior. Las nuevas calderas de “condensación” retoman el calor de esos gases calientes, pudiendo incrementar el rendimiento de la caldera sensiblemente, pudiendo llagar al 90 %

Lo mismo sucede en el motor de un coche. La combustión de la gasolina o el gasoil produce humos calientes que se van por el tubo de escape y por rozamientos en los distintos mecanismos del motor, que también se transforman en calor, que se pierde, pues en estos casos lo que aprovechamos de la combustión del motor es el trabajo que realiza el motor (la fuerza de tracción, el giro del alternador para alimentar batería, luces y aparatos del coche. Así pues, también en el caso de los automóviles hay unas pérdidas por lo que el rendimiento del motor nunca es del 100 %. 

Vayamos ahora a un emisor térmico de resistencia eléctrica. Recibe energía eléctrica (en la fórmula anterior Ee, y la transforma en calor Es. Pero hay un rendimiento. Veamos cuál: R = Ee / Es . Si le ponemos nombres a esta fórmula tendremos que Rendimiento de la resistencia = energía de entrada o consumida / energía térmica obtenida. Pongamos como ejemplo, 1 KWh de electricidad de entrada (consumida). La energía calorífica de salida sabemos que es de 860 Kilocalorías, por lo tanto, toda la energía eléctrica de entrada se ha convertido en calor, pues no hay que alimentar un motor,, una batería, etc.. 

La pregunta es: ¿Por qué no hay pérdidas? Porque si la energía consumido es igual a la energía producida (solo se ha transformado la electricidad en calor), este “motor térmico“ es perfecto, ya que al ser la misma cantidad energética la entrada que la salida (el dividendo y el divisor) el resultado, o sea, su rendimiento es 1 porque el cociente de ambas cantidades iguales da 1. Y poniéndolo en porcentaje, el rendimiento es del 100 %. 

Pero sale alguien y dice: No puede ser porque la resistencia, para calentar el ambiente, antes calienta el aparato, sea seco, de aceite, de cerámica, o de lo que sea. De acuerdo. Podríamos decir que hay una "perdida"…EN CALOR. Y esa pérdida será menor en un emisor térmico de aceite que en uno cerámico, que absorbe más calor y un radiador seco (sin aceite) absorberá menos calor que uno de aceite, pues no tiene que calentarlo. Fijaos, amigos lectores, que este es el argumento que utilizan los que ENGAÑAN a los usuarios afirmando que con un tiempo de funcionamiento, luego los emisores térmicos de aceite y los de cerámica siguen emitiendo calor mucho después de haber cesado el consumo eléctrico del aparato. Y por eso dicen que  tiene mayor rendimiento que los radiadores sin aceite o cualquier otro tipo que no “acumule calor”. 

Volvamos a la fórmula anterior: decíamos que el rendimiento era del 100 %, pues la ENERGÍA ELÉCTRICA DE ENTRADA SE CONVERTÍA ÍNTEGRAMENTE EN CALOR. Y los puritanos dirán que sí, pero que los aparatos, como absorben parte de ese calor, el rendimiento no puede ser del 100 % pues hay pérdidas por calentar el aparato, como sucede en el motor del coche, que se calienta. De acuerdo: hay unas `´pérdidas ...EN CALOR, que absorbe el aparato, y como antes hemos visto esas pérdidas serán mayores en un emisor de cerámica que en uno de aceite y más en éste, que en uno seco. 

Pero vamos a ver: esas pérdidas ¿En qué se convierten? En CALOR, claro. No en fuerza para la tracción del coche; no para hacer girar el alternador. Se convierten en CALOR. ¿Y no es CALOR el objetivo del aparato?. Pues eso. Las pérdidas en este caso son de calor,. ¿Y a dónde van a parar esas pérdidas de calor? Pues a incrementar la temperatura de la habitación ¿O no?. Entonces…¿Dónde está la pérdida, si se aprovecha en su totalidad para calentar la habitación?. Por consiguiente TODO el calor generado por la resistencia se convierte íntegramente en CALOR aprovechable para calentar la habitación. Todo significa el 100 %. Por eso, amigos lectores, no busquéis la tarjeta de Eficiencia Energética en estos aparatos de calefacción por resistencia, Pues NO EXISTE, Y no existe porque no hay diferentes grados de eficiencia, sino que toso estos aparatos tiene la misma eficiencia : el 100 %. Y como esto no lo van a cambiar nunca, pues es físicamente imposible, NUNCA habrá etiquetas energéticas para la calefacción eléctrica, pues todos consumen lo mismo y es FÍSICAMENTE IMPOSIBLE lo contrario. 

No, no me he olvidado del calor absorbido por los aparatos. Decíamos que el que menos era el radiador seco. Le seguía el radiador de aceite y por último el radiador cerámico. Ese que ahorra tanta energía (o sea, que es “más eficiente” que el 100 %. O lo que es lo mismo: produce energía térmica de la nada. CREA energía respecto a otros de igual consumo. Pero sigamos el proceso. Se desconecta el aparato y ¿Que pasa entonces? Pues que el radiador seco, sin aceite, como había absorbido muy poco calor, a los pocos minutos ha cedido al ambiente el poco calor que absorbió al principio y queda a la temperatura ambiente. El radiador de acetite , como absorbió más cantidad de calor para calentar ese aceite, tardará más tiempo en ir cediendolo al ambiente pudiendo notarse caliente durante muchos minutos. Y por último, el emisor de cerámica, como absorbió una cantidad importante de calor al principio para calentarse esa cerámica, al parar de consumir puede estar hasta horas cediendo el calor que absorbió al principio al ambiente. 

Pero ¿Quiere eso decir que la cerámica ha generado calor? Ni mucho menos. El calor lo tomó del generado por la resistencia al principio, en lugar de verterlo directamente al ambiente. Es normal que luego lo vaya cediendo durante más tiempo que sus emisores homólogos de aceite y secos. Como sucede con los acumuladores eléctricos (cerámicos) que están conectados consumiendo unas horas nocturnas y luego van cediendo el calor todo el día siguiente. ¿Es eso CREAR ENERGÍA? 

Me he esforzado en explicar este tema del rendimiento de la CALEFACCIÓN ELÉCTRICA de forma repetitiva y elemental, en éste y en otros artículos y comentarios de lectores. Si alguien, después de leer esto, sigue creyendo en las paparruchas de inventos geniales de algunos vendedores y fabricantes, que compre esos aparatos. Nadie se lo va a prohibir. Le costarán más de compra pero consumirán igual que los demás y generarán la misma cantidad de calor por la energía consumido. Creo haber agotado todas las formas fáciles de explicarlo. Si alguien no lo cree, le pido disculpas por no haberme expresado mejor. Ya se enterará cuando llegue la próxima factura de la luz

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miércoles, 9 de enero de 2013

MENTIRA: la subida de la luz el 1 de Enero de 2.013 no es del 3 %, sino que está entre el 6 y el 10 %



El pasado día 1 de Enero, decía en mi artículo “A partir de hoy, vuelve a subir la luz ¿un 3 ó un 6 %?," Primero había escrito un 3 % pero al día siguiente un amble lector me hizo llegar el enlace con el Boletín Oficial del Estado donde se decía solamente que se iba a incrementar un 3 % debido a la llamada “subasta de la electricidad”, cuando en realidad debería llamarse engaño o pantomima, pues las que subastan y pujan son las mismas compañías. Yo me lo guiso, yo me lo como. Al recibir la noticia de que solo figuraba este incremento en el BOE, al día siguiente añadí al subencabezado del artículo esa rectificación, pero indicando que “,,,no se tardará mucho en aplicar este nuevo latrocinio a los consumidores, dejo el resto del artículo sin modificar el texto que ayer escribí, y que sí incluía ese nuevo impuesto confiscatorio de penalizar el mayor consumo, pues no creo que se tarde mucho en aplicarlo. Dicho esto, dejo a partir de este punto el texto íntegro de ayer. “ 


Hoy he leído en la revista CONUMER, de EROSKI, un excelente artículo titulado “Luz, aumentos variables según el consumo” donde queda muy claro que “Con el nuevo sistema de peajes, las subidas reales en las facturas de la luz alcanzarán entre el 6% y el 10%, según el nivel de consumo” Mis temores no han tardado más que 8 días en hacerse realidad. Y no solo elevando el coste del 3 al 6 % como yo decía, sino que la citada revista lo eleva a un incremento por el engaño de la subasta y la tomadura de pelo, creo que ilegal, de la penalización por consumió de entre el 6 y el 10 % como subida total. 

Os aconsejo la lectura total de dicho artículo de CONSUMER, si bien voy a transcribir los párrafos más significativos. El primero es la introducción: “El último aumento de la luz ha sido al fin del 3%, pero debido al nuevo esquema de peajes, las subidas reales en las facturas alcanzarán entre el 6% y el 10%, en función del nivel de consumo. Esto se debe a que a partir de enero, rige un recargo para los clientes que consuman un 10% más que la media. Los nuevos peajes progresivos afectan a los consumidores de baja tensión con una potencia contratada mayor de 3 kilovatios y menor de 10 kilovatios. De esta manera, y como se explica en este artículo, el total del incremento en la factura de la luz se desprende de aplicar esta nueva escala y sumar el porcentaje de aumento de la subasta de la que han participado las grandes eléctricas en los últimos días de diciembre.” 

O sea que el nuevo latrocinio pilla a la inmensa mayoría de los españoles, pues lo van a cobrar en las potencias entre 3 y 10 KW, que es prácticamente la totalidad de los hogares españoles. 

Fijaos amigos lo rebuscado de la trampa: “Para ello, además del incremento del 3% anunciado en los últimos días de diciembre por el Gobierno, se ha ideado un nuevo procedimiento en el cálculo de los peajes que implica subidas variables, según el consumo medio de cada usuario, y que pueden alcanzar en realidad el 10%. Eso sí, el aumento se aplicará solo a quienes excedan el gasto medio de luz.” 

Pero ¿Cómo se ha calculado ese nuevo abuso de las eléctricas? Veamos lo que dice CONSUMER: “La novedad del nuevo sistema consiste en que busca atemperar la subida cargándola sobre los que tienen hábitos de uso más caros en lo que a gasto total de energía eléctrica se refiere. A partir de ahora, se tendrá en cuenta la media de consumo para definir quiénes pagan mayor aumento. El mecanismo contempla un primer paso en el que se fijan unas medias de consumo de acuerdo con cada potencia contratada. Esto brinda la posibilidad de obtener una media acorde a los patrones de uso de cada tipo de hogar o cliente” 

Pero no es tan simple la aplicación, sino que “Lo que hay que tener en cuenta es que superar el punto de penalización implica un aumento no solo sobre el consumo excedido de la media, sino sobre todo el gasto de la factura.” 

"La medida y los nuevos términos de progresividad se encuentran en la orden de peajes eléctricos”. Y esa orden de peajes eléctricos del Ministerio de Industria al parecer no figura en ningún BOE. Quizá de esa manera los sufridos consumidores nos enteraríamos menos de la indecente subida. Pero ya la anuncié en mi anterior artículo sobre el tema y ahora, apoyado por el artículo de la revista CONSUMER, he vuelto al tema con nueva información. Como podéis ver, amigos lectores, las eléctricas siguen metiéndonos la mano en el bolsillo (digo mejor: en los bolsillos) de los sufridos consumidores. Pero eso sí, a pesar de los aumentos, la confiscación de la Administración no ha bajado para reducir el incremento, sino todo lo contrario. Además del coste de la electricidad, se añaden entre peajes, déficits, engaños, estafas, mamandurrias, IVAS, etc, otra parte igual al coste real del KWh. Bueno, tampoco esto es muy exacto, porque decir “coste real” es una tontería, pues como sabemos, una vez más las eléctricas siguen el dicho de Juan Palomo “yo me lo guiso, yo me lo como”. Pues son ´ellas –y nadie más que ellas- las que deciden el precio base del KWh (y también los peajes), el más caro de Europa. De vergüenza, vamos. Pero nadie le pone el cascabel al cártel. 

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lunes, 7 de enero de 2013

¿Qué importancia tienen las distintas formas de transmisión del calor en los aparatos de calefacción, cómo actúan y cuales son sus ventajas e inconvenientes?


En varias ocasiones me han dejado comentarios algunos lectores disconformes con mis escritos donde aseguro que con la misma potencia eléctrica, una estufa, radiador o emisor, consumen lo mismo y facilitan la misma cantidad de calor. Algunos dicen que si el aceite mejora la eficiencia de los emisores térmicos, otros que las placas radiantes ahornan energía porque calientan directamente por rayos infrarrojos, otros que hay aparatos que consumen menos porque con unos minutos de funcionamiento luego dan muchos más minutos de calor…. Lo cierto es que, como ya he dicho, a igualdad de potencia y consumo, dan la misma cantidad de calor SIEMPRE. Pero también es cierto que los diferentes sistemas de transmisión del calor pueden aportar a cada tipo de aparato unas características más o menos ventajosas según el uso. De todo ello voy a tratar en este artículo. 


Lo primero es preguntarse qué es el CALOR. Podríamos decir que el CALOR es un proceso de transferir energía térmica entre diferentes cuerpos u objetos entre los que hay diferencias de temperatura, de forma que los que la tienen mayor van transfiriendo a los de menor temperatura hasta que todos los cuerpos u objetos legan a tener la misma temperatura. Así por ejemplo, en una habitación , donde haya un elemento calefactor, irá cediendo el calor a todos los cuerpos u objetos que haya en la misma, hasta llegar un momento que TODOS estén a la misma temperatura, incluido el aire ambiente. 

Imaginemos que en esa habitación, donde hemos puesto un aparato calefactor, está a 10 ºC. Conectarnos el calefactor y al cabo de un tiempo, variable en función del volumen, aislamiento y temperatura deseada al final, llegamos a tener 21 ºC. En ese momento todos los objetos de la habitación, y también paredes, techo, aire ambiente, estarán a 21 ºC. Supongamos que en la habitación hay una mesita de madera y otra metálica, de hierro, y también una mesa de mármol. 

Antes he dicho que cuando se estabiliza la temperatura, TODOS los objetos y componentes de la habitación estarán a la misma temperatura, que hemos dicho sería de 21 ºC. Sale entonces el disconforme y toca la mesa de madera y la encuentra templada, toca la de hierro y dice “está más fría" y toca la de mármol y también resulta más “fría”. Y entonces irá el disconforme y dirá que no tengo razón, que no es verdad que todos los objetos estañan a la misma temperatura, porque es evidente, al tocarlos se nota. Sigo insistiendo en que todos están a la misma temperatura, pero para demostrarlo, lo dejo aquí, de momento, pues tengo que explicar primero las formas de propagación del calor, para que podáis entenderlo bien. 

Hay tres maneras de transferir el calor: Por conducción, por radiación y por convección. Veremos seguidamente cómo actúan cada una de ellas, lo que nos permitirá después entender las ventajas e inconvenientes de los diferentes tipos de aparatos de calefacción. 

Transmisión de calor por CONDUCCIÓN: la transmisión del calor se produce por contacto de un cuerpo u objeto con otro o dentro del mismo objeto, aplicando calor en una zona se transmitirá a todo el objeto. Las partículas en contacto más calientes van cediendo calor a las más frías hasta que se equilibra la temperatura. Por ejemplo: cogemos una llave que está a 10 ºC con la mano, que está igual que el cuero, a 37 ºC., la llave se irá calentando “robando el calor” de nuestra mano hasta que llegue también a 37 ºC. Este tipo de transmisión del calor por conducción ocurre solo en elementos sólidos. Por ejemplo, en el caso de un radiador eléctrico del tipo seco, el calor facilitado por la resistencia calienta la zona próxima a ella, y se va transmitiendo a todo el radiador, a sus elementos, a las aletas, etc. poniendo todo el aparato a la misma temperatura

Transmisión del calor por CONVECCIÓN: Se produce por el movimiento de masas, tanto de líquidos como de gases. El movimiento de las masas de aire pasando de zonas a una temperatura a otras de temperatura distinta. Eso se da en la calefacción domestica con aparatos llamados de convección, como pueden ser los radiadores eléctricos y de agua caliente, estufas de butano, etc. El aire de alrededor del aparato, situado en la parte inferior de una estancia, se calienta y asciende al perder peso con el calor hasta llegar al techo, desde donde vuelve a caer, circulando por la estancia en corrientes llamadas de convección, y ambientando el aire que a su vez va calentando los objetos o cuerpos de la habitación.. Situados en esa estancia, se nota úna ambientación progresiva y uniforme, de manera envolvente y posiblemente la que más confort proporciona. 

Transmisión del calor por RADIACIÓN: se transmite mediante ondas electromagnéticas. Que son una combinación de ambos, eléctrica y magnética. Se producen dos transformaciones del calor: de la energía térmica a radiante, para su propagación, y luego de energía radiante a térmica, para calentar el objeto que la recibe. 

Las ondas electromagnéticas se transmiten a través del aire e incluso por el vacío, como los rayos del sol. La radiación infrarroja es un tipo de radiación electromagnética y térmica de mayor longitud de onda que la luz visible, y la emiten todos los cuerpos que estén a una temperatura superior a cero grados Kelvin (-273 º C). No es visible por el ojo humano. 

Así pues, todos los objetos que nos rodean emiten calor infrarrojo, pues su temperatura es mayor que el cero absoluto (cero grados Kelvin). Comentario aparte es el calor animal, que basándose en el mismo principio de radiación, emite calor. Concretamente el cuerpo humano emite gran cantidad de calor al ambiente que le rodea. Como la emisión de ese calor se realiza partiendo de la piel, si tenemos en cuenta que la superficie de piel de un hombre adulto es de unos 2 m2, y su temperatura es de 37 ºC (que son en grados kelvin, -273 + 273 = 0 º kelvin, + 37 ºC = 310 grados Kelvin). Como habíamos dicho que los cuerpos emiten calor por encima de cero grados Kelvin, los 310 del cuerpo humano, emiten calor. 

El calor humano es de aproximadamente 1.000 vatios (1 KW). Eso significa que en una hora emitimos el calor de 1 KWh. Este fenómeno es muy importante, y debe tenerse en cuanta en los cálculos de calefacción y refrigeración en espacios con mucha gente, pues habrá que calentar menos o refrigerar más que si el espacio en cuestión estuviera vacío

Ya hemos visto las tres formas de transmisión del calor. Ahora volvamos a aquella habitación que habíamos dejado, donde decíamos que TODOS los objetos estaban ya a 21 ºC. Y va el incrédulo y toca la madera: “está normal” dice. Toca la mesa metálica y dice “está mucho más fría” y toca el mármol de la mesa y dice igualmente “también está más fría que la mesa de madera.." Toca la alfombra y dice “está caliente”. Y yo, erre que erre, digo que todos los objetos están a la misma temperatura. ¿Cuál es la explicación? Porque según las leyes de la termodinámica, todos los objetos, después de un tiempo determinado, y debido a las corrientes de convección del calor, así como la radiación, se han puesto A LA MISMA temperatura. 

El frío que percibimos al tocar la mesa metálica es debido a que nuestra mano está a 37 ºC, y la mesa hemos dicho que estaba a 21 ºC. Por consiguiente, se produce un traspaso de calor por CONDUCCIÓN desde la mano a la mesa metálica. O sea que la mesa nos “roba” nuestro calor. Por eso notamos esa sensación de frío y CREEMOS que la mesa está muy fría. En cambio, al poner la mano sobre la mesa de madera o sobre la alfombra, NO NOTAMOS frío, porque la conductividad de la madera y de la alfombre son mucho más bajas que la de la mesa metálica o el mármol. Por eso notamos enseguida el frío que se nos roba desde los objetos mejor conductores (de mayor conductividad). ¿Queda claro el fenómeno? 

Pues aplicar el cuento a la calefacción de una habitación. Por radiación se va calentando todo lo que “ve” la parte más caliente de una estufa, por ejemplo, aunque el resto de la estufa también emite calor, pero no de tanta intensidad. Por eso decimos que el sistema de radiación no nos calienta la espalda si miramos el foco. Pero va calentando lentamente el aire, las paredes de enfrente, etc. Al final del ciclo, la habitación entera se ambienta y se pone todo a la misma temperatura, como hemos dicho, 
El calor por con evección es el más rápido en notarse, porque al calentar las masas de aire y elevarse hasta el techo, volver a bajar para iniciar otro ciclo, y así sucesivamente, notamos con más rapidez el calor en poco tiempo y de manera envolvente. Pero las paredes tardarán más en calentarse que con el sistema de radiación, por lo que al cabo de un tiempo se calentará todo al igual que con la radiación pues se producía, la misma cantidad de calor emitida a igualdad de potencia y tiempo de funcionamiento. 

Comentaré que en una estufa o emisor térmico de aceite, antes de que se produzca la radiación y la convección, se produce también la conducción entre el elemento calefactor y el aceite que se va calentando por conducción dentro del radiador. 

Habiendo sentado estas explicaciones y principios, ya sabemos las formas distintas de transmitirse el calor. En mi próximo artículo aplicaremos estas formas diferentes a los aparatos de calefacción eléctricos y de combustión de gas para saber qué sistema de transmisión del calor tiene cada uno y cuáles son las ventajas e inconvenientes en cada caso. Así pues, la comparación entre los diferentes calefactores, la veremos en el próximo artículo. No os lo perdáis si queréis entenderlo todo bien. Ya veis que no es difícil… 

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